p l a n t e a m i e n t o

Observo que la juventud, al menos aquí es donde lo puedo ver (Monterrey, MX), se esfuerza por impresionar y proyectarse con sus vestimentas.

En los últimos años puedo darme cuenta que cada vez es mas difícil vestirse diferente. La ropa de las marcas de la localidad son tan iguales que es muy posible ir a un lugar y que alguien traiga tus mismos pantalones, suéter, zapatos etc.… Y si observas mas allá, hasta puedes saber en que tienda la compraron.

Esto que diré no es nada nuevo en lo absoluto, solamente es mi perspectiva de ver las cosas. La ‘Ropa de Segunda’ ha existido para cubrir principalmente la necesidad de quienes no tienen mas para invertir en indumentaria. Bueno acá entre ‘nos’, también se ha utilizado para conseguir vestuario para teatro y películas.

Hoy en día la ‘Ropa de Segunda’ a sobrepasado esa necesidad y ahora son (¿o somos?) personas con un poder adquisitivo mayor quienes vamos ahí a los mercados (a.k.a. mercaditos) a curiosear entre lo sucio y el aroma de unos tacos de carnitas para toparnos con el pseudo-vintage noventero, algo ochenteno y con suerte algo realmente setentero y así utilizarlo e impactar en las fiestas con ropa fue fuera en su época de lo mas común (pero no corriente) y es ahora en esta primer década del siglo XXI que viene a causar gran emoción para nuestra generación que a veces pareciera crecer sin identidad. Sólo algunas veces.

Realmente crecimos con tantas cosas como videojuegos, computadoras y tantos gadgets que amamos y que de ser primero un lujo, se volvieron tan necesarios como un celular hasta llegar al punto en que todo se volvió de lo más normal. Pasar horas frente a un monitor navegando en Internet buscando datos absurdos y curiosos (wich i love), jugando videojuegos (videojugo). OH SII! Tanto que olvidé llamar a mis amigos.

¿Dónde quedaron esas largas horas
hablando por teléfono con mi chico?

En fin, ya me desvié del eje central de este escrito: La ‘Ropa de Segunda’ que llegó para cubrir nuestros lindos cuerpos con sus malolientes filamentos pero, que se nos ven tan bien (y nos vemos tan trendys {jajaja}). No lo niego, yo tengo ropa de ese tipo porque soy muy coda para pagar $250 pesos mexicanos por una blusa demasiado sencilla de ZARA u otra tiendita que los regios pudieran venerar como casa de moda primer mundista. Además no suelo comprar cosas que puedo hacerme (por suerte).

La cosa es que este es mi pensamiento en los últimos años:

“Ropa de SEGUNDA,
para gente de PRIMERA”

Y por primera no me refiero a cualquier muchachito con aires o sangre de hypster. Digo, quiero creer que para algunos, el tema de la ropa quizás trascienda mas que sólo copear al estilo de alguien más porque ya lo vieron y saben que esta bien ‘así’. Pero esta bien, no quiero entrometerme en lo que piensan los demás acerca de esto, son simplemente pensamientos de una infame bailarina de ballet sobre la mesa (es que me encanta ese episodio… ¡Quien fuera tenedor!, ¡Quien fuera panesito!).

Any way, por ‘Gente de PRIMERA’ me refiero a toda esa gente que se que existe y que esta ahí afuera y que quizás esta leyendo esto, para quien el vestir va mas allá del “¡no se que ponerme!”. El vestirse cada día es una expresión de lo que es como persona: un ser enigmático, romántico, dandy, sencillo, o dramático o miles de combinaciones que no me atrevería a mencionar aun. Esas personas a las cuales un detalle importa, a quienes con solo verlos podemos saber/deducir/adivinar su estado de ánimo.

Entonces, ¿tu eres ‘gente de primera’?